viernes, 16 de marzo de 2012

17

De: rubencastillo@gmail.com
Para: anabel@gmail.com


   Sigo vivo, de pedo, y gracias a Maika. De la casa de Sergio partí a pie. Caminé un día entero para conseguir un vehículo que ande y tuviera algo de combustible. Una Combi. En una casa cerca del camino de tierra conseguí alambre y un par de cadenas para motos para poder asegurar las puertas y dormir en donde me agarre la noche. Junté unos embutidos, quesos, corderitos, una escopeta con una cajita de cartuchos, un cuchillo de caza, abrigo, grapa (me salvó de una infección) y unos cueros (con los que pienso reforzar mi ropa contra las mordidas de estos muertos de mierda).
  Llegué a Sarmiento al anochecer y me llamó la atención no ver nada que se mueva en todo el lugar. Parece que hubo limpieza. Vi munición por todos lados. También encontré hileras de muertos con las manos atadas en la espalda y vendas en los ojos ¿Para qué mierda le ponen vendas?
   Muy pocas cosas de valor encontré. Me costó un huevo encontrar frazadas.
   La Maika andaba más inquieta que la mierda y señalaba con el hocico un galpón enorme que había cerca de la salida. Tenía un cartel pegado que decía "Los traidores a la patria no merecen muerte honrosa" Me acerqué un poco para espiar por un huevo que había en la chapa. Estaba hasta las pelotas de gente. Todos muertos. Pero algunos estaban comiéndose a los caídos. Como si hubieran encerrado un par de muertos con un montón de vivos y que se maten. No me gustó una mierda. La perra seguía inquieta y cuando me di cuenta, estaban colándose para afuera por un costado del galpón. Esto me pasó por pelotudo. Tuve que gastar unas cuantas balas para que no me alcancen. Subí a la Combi y salí echando puta de ahí. No pude cargar más combustible. Eran una banda y si no pisaba el acelerador, no la contaba. Sigo viaje ustedes. Espero no quedarme a pata en el camino.
   Qué suerte la tuya, viejo. Por lo de la pendeja, digo. Al padre Castro si te rompe mucho las bolas, ponele los puntos. Qué se tiene que andar metiendo. Lo de Silvia, bueno, pobre... fiero terminar así ¿No?
   Decile a Bordone que no hay ningún soldado en Sarmiento.
   Aunque me parece que vi un par de uniformes entre los muertos del galpón.


-seguir leyendo acá

No hay comentarios:

Publicar un comentario