lunes, 24 de septiembre de 2012

42

De: rubencastillo@gmail.com
Para: anabel@gmail.com

Rodrigo:

              Soy Rubén. Parece que falta poco para encontrarnos. Estoy un poco mejor. Lucía supo robarse todos los medicamentos necesarios y ya estoy parchado y cicatrizado casi por completo. A esta altura, el día que te vea te voy a dar un abrazo de oso, loco. Ustedes son y han sido la zanahoria delante del burro que  me ayudó a sobrevivir todo este tiempo. ¡Apareció Maika! Apenas salimos del radio del campamento se unió a nosotros. Estuvo esperándonos todo este tiempo. Esta perra vale más que muchas de las personas que todavía quedan vivas en este puto mundo. Estamos cerca de Jesús María, vamos a tratar de llegar por el camino que nos dijiste, de Jesús María- La cumbre. Cuando estemos lo suficientemente cerca como para calcular día y hora de llegada, te mando un mensaje. No quiero ser pesimista, pero tenemos un par de muertos que nos andan siguiendo. Están algo averiados, por eso no creo que nos alcancen. Pero hay alguno que otro suelto por ahí. Es mejor moverse en silencio, sin disparar, porque eso los atrae.

   ¡Parece mentira, Rodrigo! ¡Acabamos de ver una camioneta que viene para acá! ¡No podemos tener tanto orto! Después te escribo.

Rubén.

(horas más tarde)


De: rubencastillo@gmail.com
Para: anabel@gmail.com


Estamos complicados.Nos levantó una camioneta con dos personas: un presidiario y un travesti. Prometieron alcanzarnos hasta el camino Jesús María-La Cumbre, pero nos dimos cuenta que nos están llevando directamente para Córdoba. Están armados hasta los dientes y si bien no nos exigieron nada aún, en cualquier momento lo harán. Rubén está tratando de distraerlos, hablándoles de todo lo que pasó. No responden a ninguno de los militares. Parece que son parte de una banda de presos fugados. Nos llevan para Córdoba. Para Córdoba Capital. No me quiero imaginar qué hay allá. No creo que podamos comunicarnos por mucho tiempo. En cualquier momento se dan cuenta que les estoy escribiendo. Envío esto antes que me quiten el blackberry.

Lucía.

-seguir leyendo acá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario